La cerámica es un material resistente y duradero, pero para que tus piezas duren mucho tiempo y se mantengan en buen estado es importante tener en cuenta algunos consejos muy simples de mantenimiento.
Los tips que encontrarás en este artículo se aplican a cualquier pieza de cerámica, ya sea una taza, un plato, un jarrón, una escultura u otro objeto de cerámica.
Y es que el mantenimiento adecuado es importante para cualquier tipo de pieza, ya que todas requieren cuidados especiales para evitar su deterioro.
Aun así, y a pesar de que existan consejos generales a seguir, el cuidado puede variar según la naturaleza de tus piezas.
Por ejemplo, una taza de cerámica puede necesitar un mantenimiento más frecuente que una escultura, debido a que está en contacto directo con alimentos y bebidas.
Del mismo modo, una pieza de cerámica decorativa que se expone a la luz solar directa puede requerir un cuidado especial para evitar la decoloración.
Dicho esto, ten en cuenta que estos consejos son aplicables a cualquier caso y te ayudarán a que tus piezas de cerámica sigan a tu lado el mayor tiempo posible. ¿Empezamos?
1. Limpieza adecuada
La limpieza de las piezas de cerámica es muy importante para mantenerlas en buen estado. Lávalas con agua y jabón suave, utilizando una esponja suave o un paño para evitar rayar o dañar la superficie.
Si la pieza está muy sucia, puedes utilizar un cepillo suave para limpiarla, pero evita usar productos abrasivos o ácidos, ya que pueden dañar el esmalte o la decoración.
2. Secado correcto
Una vez limpias, es importante secar correctamente tus piezas de cerámica. Es recomendable secarlas al aire libre o con un paño suave antes de guardarlas.
Evita secarlas con un secador de pelo o con calor directo, puesto que pueden agrietarse o romperse debido a los cambios bruscos de temperatura.
3. Almacenamiento adecuado
El almacenamiento es otra clave para el mantenimiento de tus piezas de cerámica. Lo ideal es guardarlas en un lugar seco y fresco, protegidas del polvo y la luz solar directa.
Si tienes varias piezas, puedes separarlas con papel o telas suaves para evitar que se rayen o choquen entre sí.
4. Evita los golpes y las caídas
La cerámica es un material resistente, pero puede romperse o agrietarse si se cae o recibe golpes fuertes.
Por eso, es importante manipular las piezas con cuidado y evitar situaciones que puedan ponerlas en riesgo, como colocarlas cerca de bordes o en lugares donde haya mucho tráfico.
5. Reparación adecuada
Si alguna de tus piezas de cerámica se rompe o agrieta, es importante repararla adecuadamente para evitar que el daño empeore.
Lo ideal es llevarla a un especialista en cerámica que pueda repararla de manera profesional. Si decides repararla por ti mismo, utiliza pegamentos o adhesivos específicos para cerámica y sigue las instrucciones del fabricante.
Siguiendo estos consejos de mantenimiento, podrás mantener tus piezas de cerámica en buen estado y disfrutar de ellas durante mucho tiempo. Recuerda que la cerámica es un material que requiere cuidado y atención, pero el resultado final vale la pena.